4 de diciembre de 2013

FUTUROS ESCENARIOS DE LA AGRICULTURA URBANA.


Actualmente la demanda de alimentos busca que sean: frescos, que estén buenos, (sabores), sanos, con buen aspecto… y, a buen precio, y muchas personas que viven en ciudades comparten el deseo de participar activamente en la producción de los alimentos. Los huertos urbanos son ejemplos populares entre la gente joven y tercera edad. Terrenos en la periferia de las ciudades, solares, patios, o tejados parecen tentar a estos agricultores. El dinamismo de estos ciudadanos empuja a la Administración pública a cambios en la utilización de los espacios para el cultivo, algunas han respondido activamente a esta demanda e incluso han diseñado parcelas productivas dentro de las mismas ciudades.

Estos movimientos parecen indicar y animar a las ciudades de todo el mundo a explorar sus propios recursos y a concebir nuevos retos en la distribución local de frutas y verduras, del campo a la mesa. Presentamos diferentes escenarios en un panorama urbano que crece con mayor intensidad.



Los “urban food producer”, mercados hortícolas de carácter mayorista siempre existirán, industrias con cientos de hectáreas que planifican sus calendarios para lograr grandes producciones y distribuir puntualmente a centros de distribución, para ellos también continúa su reconversión, en  más tecnificación con nuevas funciones y más servicios.
En las ciudades, resiste  una realidad entre el mundo rural y el mundo urbano “the urban farmer”, encontramos explotaciones con producciones pequeñas y  variadas y un recorrido comercial muy corto, es como trasladar la tienda al campo.
“the citizen grower”, diferentes clases sociales y con distintas motivaciones para satisfacerse, aparece un modelo de producción agrícola dentro de las mismas ciudades con producciones para autoabastecerse o simplemente servir directamente a negocios de restauración a base de productos frescos.
“the urban food developer”, escuelas que desarrollan programas educativos en el mismo colegio para ayudar a los alumnos a aprender de forma activa la naturaleza de los alimentos y los valores de la comida saludable.

Con estas tendencias, los Ayuntamientos deben facilitar el intercambio entre empresas y ciudadanos y consolidar el itinerario de los alimentos. Al final existen ciertos aspectos que poco a poco van apareciendo y consolidado la idea de una metrópoli que se gestiona por sí misma y de manera independiente.


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