El libro comenta que los niños pasan demasiado tiempo en casa, y cuando salen, son propensos a realizar actividades como la práctica del fútbol o alguna otra actividad estructurada, a cambio no tienen demasiado contacto con los bosques, campos, arroyos.
Ésta realidad el autor la llama “trastorno de déficit de naturaleza”. http://en.wikipedia.org/wiki/Nature_deficit_disorderSr. Richard Louv también comenta que nuestros hijos hacen realidad lo que sus padres les dicen que tienen que hacer cuando se sientan en frente de la televisión o delante del videojuego “todo el día”. La sociedad está diciendo a los niños inconscientemente que la naturaleza es el pasado, que el futuro está en la electrónica.
Se habla de que la gente tiene miedo a la naturaleza, por miedo de las cosas terribles que pueden suceder, y no por el miedo de lo que podría suceder si se les deja vagar libremente por casa, se trata de temores. Una percepción de miedo real y fuerte. Dicha realidad la describe como una hipótesis llamada biofilia. La idea es que biológicamente venimos de cazadores y recolectores y necesitamos participar en cierta forma con la naturaleza.
Es una evidencia circunstancial y difícil comprobar que los niños realmente disfrutan menos tiempo con la naturaleza. No hay una investigación que lo diga, posiblemente pues sea una parte del problema. Hemos estudiado todo lo que afecta a la infancia, y el mismo tiempo todos reconocemos que el contacto con la naturaleza es una parte importante de la vida.
El autor no expone que los niños están en peligro y tenemos que prescindir de los videojuegos, pero sí que sus vidas están desequilibradas. Y, sí, los videojuegos pueden estimular ciertos tipos de inteligencia, pero se pregunta ¿Cuando está sentado, no utiliza todos sus sentidos?. Él revindica que el contacto con la naturaleza los niños usan todos sus sentidos de manera estimulada.
Expone ejemplos,…hay mucha naturaleza en los patios traseros de las casas, donde pueden participar y en encontrar errores; llevar los niños a pescar o en excursiones,... Pensando en la psicología del niño puede ser difícil para muchos padres que el niño haga lo que el padre quiere, el niño por su naturaleza o por su naturaleza como una persona joven puede que se resiste por no ser una actividad tan emocionante.
Posiblemente la actitud través del propio entusiasmo de los padres por la naturaleza cree que eso es un punto muy importante que puede forzar a los niños a no ser tan rebeldes contra ella. Y no hay nada más que estimula los sentidos como oír a su madre de haber perdido un pez. ¿No pensáis que eso no es una experiencia emocionante?
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